- · Se define el resultado de un partido como el balance de goles realizados contra goles encajados. Se define un equipo imbatible como aquel que obtiene siempre un resultado positivo. No existe un equipo imbatible.
- · Los equipos son siempre vulnerables en un momento dado, pues las capacidades de los jugadores son siempre limitadas. Y si se diera un equipo que fuera imbatible, este no podría mantenerse en el tiempo, pues las personas que forman el equipo mutan en motivación y capacidad, o simplemente dejan de pertenecer al mismo.
- · Se define un equipo invencible como aquel que gana siempre, independientemente del resultado del partido. Un partido se ha ganado si después de su finalización el equipo ha conseguido sus objetivos, o está más cerca de ellos.
- · Una victoria es un estado intermedio alcanzado durante el proyecto deportivo, en el cual se obtiene alguno de los objetivos o se está más cerca de ellos.
- · Un partido se puede ganar aunque el resultado haya sido un empate o una derrota. La tarea del entrenador es construir un equipo invencible.
El resultado/Ejercicio
Una jugadora de alevines ha mostrado un buen rendimiento en la
temporada, así como todo el equipo en general. En el partido del fin de semana
han jugado con el líder de la clasificación y han perdido por cuatro goles. El
equipo ha jugado de acuerdo con su plan, pero el equipo contrario ha sido
claramente superior. ¿Qué análisis se debe hacer con la jugadora?
a) Hay que dar una toque de atención a todas
los jugadoras, es inaceptable que te metan tantos goles. Posiblemente se han
relajado y han bajado los brazos ante el líder.
b) Hay que olvidar el partido cuanto antes,
incidir en el tema puede generar frustración
c) Hay que estudiar en qué ha fallado el equipo
y tomar las medidas pertinentes, no se puede aceptar así como así la derrota
d) Ellos han sido mejores, hay que aceptarlo
con deportividad y seguir entrenando igual. Es un deporte y un partido es
imprevisible. El equipo ha jugado como sabe, unas veces se gana y otras se
pierde y era normal perder contra el líder.
Tal y como se concibe en este tratado, un partido es un evento
irreversible que determina el estado del sistema interfiriendo con él y
modificándolo. El partido realiza una medición activa sobre el equipo. Solamente
por esto eliminamos la respuesta b) como incorrecta: los partidos no pueden
ignorarse porque actualizan y modifican el estatus del equipo, y por tanto hay
que analizar ese nuevo estado.
Esta metodología no contempla las medidas punitivas como eficaces, sino
la revisión de los conceptos del fútbol como medio para corregir y mejorar. La
relajación es un error que afecta al concepto de esfuerzo. Bajar los brazos
significa que hay que trabajar la resiliencia. La estrategia de “dar un toque
de atención” a las jugadoras no tiene ningún valor ni significado.
La respuesta d) suena muy bien, pero incluye algunos errores comunes.
En primer lugar, no es nunca normal perder. Todos los equipos se pueden
desestabilizar, porque un equipo es una entidad limitada física y temporalmente,
e influida por su entorno. Esa desestabilización se puede producir debido a la
identidad o la creatividad del equipo contrario (el otro equipo ha jugado
mejor), o por factores azarosos: decisiones arbitrales, lesiones, errores etc.
No hay equipos imbatibles y los partidos son eventos imprevisibles: esta
metodología plantea siempre el partido como un evento que se puede ganar. En
segundo lugar, no hay que seguir entrenando igual. Cada nuevo entrenamiento
debe abordar los conceptos que es necesario mejorar, incluso cuando se ha
ganado. No se puede aceptar así como así la derrota, ni tampoco el empate ni la
victoria. La respuesta correcta es la c).
El resultado/Ejercicio
Durante un partido de alevines el árbitro comete errores graves y perjudica
claramente al equipo local, que sin embargo ha hecho un buen partido. Los niños
se llevan un gran disgusto y acaban llorando en el vestuario. ¿Qué deben hacer
los padres?
a) Recriminar al árbitro de manera contundente
su lamentable actuación a la salida del campo, ya que con los sentimientos de
los niños no se juega
b) Explicar a los niños que lo sucedido forma
parte del juego y que no hay motivos para llorar
c) Dejar tranquilo al árbitro y poner una
denuncia a la Federación correspondiente, que es el canal adecuado para
proceder
d) Mostrar empatía y transmitir a los niños que
comparten su disgusto, pues no es bueno ignorar sus sentimientos
El partido es un evento impredecible. Esto quiere decir que en el juego
influyen circunstancias azarosas que no se pueden controlar. El equipo ha hecho
un buen partido pero no ha tenido suerte con el árbitro. Como el rendimiento o
las decisiones de cualquier deportista, el acierto del árbitro está sujeto
también a factores aleatorios. Un jugador que se cruza en la línea de visión,
una posición desfavorable en una jugada rápida: son circunstancias que pueden
impedir al árbitro tomar la decisión adecuada. En los partidos de las
categorías inferiores es común carecer de jueces de línea, lo cual convierte el
arbitraje en una labor especialmente compleja.
He visto árbitros en el centro del campo al final del partido esperando
a que los padres se tranquilicen para poder regresar al vestuario (por no
mencionar otros casos más graves). ¿Es esto un comportamiento aceptable con un
deportista que tiene derecho a practicar su deporte, acertar y equivocarse como
los demás? ¿Tiene sentido acosar psicológicamente a un deportista porque ha
cometido errores en su rendimiento? La respuesta a) es totalmente inaceptable,
pero desgraciadamente es muy común en los campos de fútbol donde juegan los
niños.
La respuesta correcta es la b). El rendimiento del árbitro forma parte
del juego y los niños deben aprenderlo cuanto antes. No es grave que los niños
de esa edad lloren de rabia tras el partido, pero procede explicarles que no
hay motivo para ello. Han realizado un buen partido: si entienden que las
circunstancias azarosas no influyen en la excelencia y la identidad del equipo,
habrán reforzado su resiliencia (ver cap. 17) y por tanto el partido se convertirá
en una victoria, a pesar de que en este caso el resultado haya sido negativo.